Los millennials son el sector demográfico para el que esta cuestión resulta más crucial.
Antes que la crisis del coronavirus cambiara el panorama para todos, el espacio central de preocupación de los consumidores era la crisis climática y medioambiental. En torno a ella se encontraban las preocupaciones del público y dominaba la conversación en torno a las marcas.
Aunque haya pasado a segundo plano informativo, en unas primeras planas donde la crisis sanitaria ocupa posiciones destacadas, el cambio climático y el calentamiento global no han desaparecido. Siguen siendo problemas graves que las empresas deben tener en cuenta en su estrategia y uno que los consumidores, a pesar de todo, no han olvidado.
La “sensibilidad verde” se había convertido en los últimos años, en uno de los criterios claves para llegar a los consumidores. Las empresas destinaban cada vez más recursos a cumplir con los objetivos de ser más responsables y reducir su impacto en el entorno y el medioambiente.
Basta con pensar en cómo ha cambiado el packaging en los últimos años y como ha ido desapareciendo, o al menos disminuyendo, el uso de envases plásticos en todo tipo de productos. Por supuesto que esta consciencia verde no implica solamente realizar un par de ajustes, sino que supone un cambio más profundo que repercute en toda la estrategia empresarial.
La preocupación no ha desaparecido
Los consumidores siguen siendo exigentes, especialmente los más jóvenes, en relación a lo que las empresas deben hacer y cómo deben ajustar las cosas para ser más comprometidas y responsables en estos aspectos.
Según un estudio de Gfk, que parte de una muestra de personas de varios países, el 78% de los consumidores encuestados considera que las compañías deberían adoptar prácticas respetuosas con el medioambiente.
Según las conclusiones del estudio, los consumidores creen que es importante que las marcas demuestren su compromiso medioambiental ahora mismo. A pesar de todos los problemas y a pesar de la crisis sanitaria y económica emergente, los ciudadanos creen que las empresas deben seguir estando comprometidas con su entorno.
Además, se debe tener en cuenta que las dificultades existentes para incorporar productos verdes a las canastas están desapareciendo. Los porcentajes de consumidores que señalan que este tipo de productos son muy caros o que funcionan peor que los otros, han caído en la última década.
Los millennials: líderes del cambio
Si se realiza un análisis demográfico, los millennials son quienes se muestran más comprometidos con el entorno y los que esperan más de las marcas. Estos datos no resultan sorprendentes, ya que numerosos estudios previos demuestran esta misma dirección.
Otros estudios han aportado datos similares sobre la generación Z, indicando que esos consumidores están todavía más comprometidos y preocupados que los millennials, lo que invita a pensar que la cuestión se convertirá en un aspecto aún más crucial para las empresas en el futuro.