En un mercado que está evolucionando vertiginosamente e incorporando la tecnología en todos sus aspectos, el uso de la biometría comienza a tomar gran protagonismo y la utilización de dinero en efectivo o tarjetas va perdiendo relevancia.
Hace 30 años era casi impensable que el teléfono se convertiría en un dispositivo desde el que realizaríamos todo tipo de operaciones, incluso pagos de productos y/o servicios. Aunque el pago móvil contacless está en pleno auge, desarrollo y crecimiento, ya se mira hacia un futuro en el cuál no se utilizará ni dinero en papel ni tarjetas de crédito o débito.
En países como España se prevé que a fines de este año los usuarios que utilizan dispositivos para pagar se dupliquen en relación a los de hace tres años. En China, siguiendo esta tendencia, se estima que para fines del 2020 más de 500 millones de consumidores utilizarán smartphones para abonar.
La biometría comienza a abrirse camino
La implementación de sistemas biométricos como forma de pago está mucho más cercana a lo que la mayoría podemos creer. Utilizar factores únicos de cada persona, como huellas dactilares, reconocimientos de voz o faciales, transforman este sistema en uno de los más seguros y eficientes. Además, se debe tener en cuenta que mediante este sistema se disminuiría la cantidad de contactos personales entre compradores y vendedores, factor sumamente importante teniendo en cuenta el contexto actual.
Un claro ejemplo de esto es la declaración que realizó Mastercard, donde asegura que este año todos sus clientes podrán identificarse a través de la biometría cuando adquieran algún producto o servicio, o realicen pagos a través de Mastercard Identity Check.
Otra firma que utilizó este sistema fue Alibaba. La marca implantó en un restaurante de la cadena KFC la tecnología Smile to Pay (sonríe para pagar), mediante la cual el consumidor posa un par de segundos frente a una cámara 3D, indica su número telefónico y el pago es realizado automáticamente.
¿Es el fin del efectivo?
En Dinamarca, se fijó el año 2030 como la fecha en la que no habrá más circulación de efectivo en el país. En Noruega o Suecia, más del 85% de las compras actuales, ya se realizan sin dinero en efectivo y muchas sucursales bancarias ya no aceptan ni ofrecen billetes y monedas.
La utilización de tokens (un código único identificador que se utiliza para transacciones bancarias), ha permitido reemplazar en los pagos la utilización de los datos sensibles de las tarjetas bancarias. De esta manera, se evita la exposición de esos datos y las transacciones se realizan con mayor seguridad.
¿Y las tarjetas?
Si, pero la tendencia indica que funcionarán más como credenciales que como tarjetas. No podrían dejar de existir ya que (actualmente), los dígitos del número que contienen son la base de la tokenización. Pero no siempre será necesario poseerlas físicamente, podrían ser digitales, estar integradas a los teléfonos o smartwatches o integradas a dispositivos inteligentes autorizados a través de los tokens.